El presidente ruso Vladimir Putin se convierte en el heredero de una impresionante colección de arte perteneciente a la respetada coleccionista Nina Moleva, quien falleció recientemente en Moscú. Moleva, una figura destacada en los círculos artísticos rusos, fue historiadora, periodista y crítica de arte, contribuyendo significativamente a la preservación del arte ruso a lo largo de su vida.
La colección, que se estima en alrededor de mil 800 millones de euros, tiene su origen en su difunto esposo, Ilya Belyutin, conocido como “el espía de Stalin”. Belyutin, un misterioso coleccionista, dejó tras de sí una asombrosa compilación de obras, que incluye valiosos cuadros religiosos de los siglos XVI y XVII. Según los Moleva, esta colección es de origen familiar, heredada de un abuelo de Belyutin, un artista influyente durante la época de los zares.
Entre las joyas de la colección se encuentran obras de renombrados artistas como Rembrandt, Miguel Ángel y Da Vinci, añadiendo un valor incalculable al legado de arte ruso y europeo.