Los corridos tumbados son un género musical que se está adueñando de los oídos de millones de morros a lo ancho de Hispanoamérica. Originarios de México, combinan el sonido tradicional y lo mezclan con tintes de hip hop y trap. Y readaptan la historias de los antiguos a su nueva realidad.
Una especie de neonarcorridos en los que el lean y las Jordan han sustituido al cuerno de chivo y las botas de piel de serpiente. Natanael Cano, artista de 21 años nacido en Hermosillo (Sonora), fue el elemento que lo cambió todo y a raíz de él y el sello al que pertenece, Rancho Humilde, su música se fue expandiendo por el mundo. Se habla de drogas y violencia pero también de amor. Y desamor.
Y ese espíritu, llegó a España. A manos de un chico mexicano-madrileño. Vatocholo. Un diamante en bruto. Una figura artística emocionante con grandísimo talento y una capacidad especial difícil de encontrar entre los artistas: sabe hacer hits. Buenas barras, profundas y sentidas, sencillas de memorizar y cantar. Escúchese La del desolado, por ejemplo. A ver quien sale de ahí tras escucharla. Quién fue al concierto de Siroco en Madrid el pasado mes de octubre pudo sentir el ambiente que se generó alrededor de ese chamaco con mullet y gorra de los Detroit Tigers. Algo fuera de lo normal. Hubo una comunión esotérica entre artista-público. Y es un desconocido.
Semanas después de aquello, el joven músico se encuentra con ElPlural.com en la Casa de México de Madrid. Arropados por un trocito de su patria en el corazón de la capital de España y bajo el cuidado de imaginería de Michoacán, Vatocholo protagoniza su primera vatoentrevista.
“La guitarra es un instrumento que siempre ha estado presente en mi familia. Mi abuelo siempre tuvo. Sin tener ninguna noción musical desde niño siempre me atrajo y comencé a familiarizarme con ella. Y aprendí solo, luego estuve en clases y acabe tocando en bandas”, explica.
A continuación, reflexiona sobre sus referentes musicales: “Siempre han estado muy presente Molotov, Control Machete, La Santa Grifa, Cartel de Santa… Son grupos que me influenciaron mucho. Al igual que Luis R. Conríquez y el nuevo corrido bélico”.
Sobre los tumbados, señala que “son corridos simples que no necesitan muchos instrumentos ni voces. Con un bajoloche y una guitarra puedes crear una canción de su principio a fin. La simplificación del corrido y llevado al mundo moderno. Tumbado también porque es cuando estas grifado. También tiene mucho que ver con la calle y cómo nos hemos criado. De ahí la estética del cholo, que está en la calle, que patina y que fuma mota. Aunque no me caracterizo solo por eso”
Puedes disfrutar de la entrevista completa pinchando en la imagen de portada.