El segundo informe de Gobierno de Alfonso Martínez Alcázar fue, como debe de ser, un pretexto para reunir a los conservadores, a sus partidarios y a quienes comulgan en ese proyecto de derecha. Bueno, la pasarela alcanzó hasta para la suspirante presidencial de la oposición.
Ahí sobresalió la presencia de Fidel Calderón Torreblanca, quien asistió en representación de nadie, solo de sí mismo, por gusto y convicción. Resulta que el diputado local se ufana en defender los valores de la Cuarta Transformación, pero tiene metidos los tentáculos en negocios como gasolineras y gaseras que lo unen -en sociedad- al panista-independentista-aliancista Alfonso Martínez Alcázar.
Las negociaciones entre ambos no son nuevas; para hacer negocios, Fidel Calderón no usa el discurso de la austeridad ni de los principios de su partido.
En el discurso se escucha hablar de austeridad y apoyo a la gente más pobre. Sí, pero en los hechos, pueden más las complicidades para conseguir más negocios, incluso con sus presuntos rivales políticos. Detrás de la declaración están los acuerdos comerciales.
Solamente se observó a Calderón Torreblanca y al añejo Cristóbal Arias en el evento panista del alcalde moreliano, ambos conocidos en PRD y Morena, pero solos, sin estructura.