El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una proclama para ampliar el veto de entrada a ciudadanos de varios países, bajo el argumento de reforzar la seguridad nacional y corregir fallas en los sistemas de verificación de identidad.
La medida incorpora a siete nuevas nacionalidades a la lista previa de 12 y endurece la política migratoria de la actual administración. Entre los países con prohibición total de viaje se encuentran Burkina Faso, Malí, Níger, Sudán del Sur y Siria, además de personas que porten documentos emitidos por la Autoridad Palestina. La mayoría de las naciones afectadas se localizan en África.
La Casa Blanca explicó que el objetivo es impedir el ingreso de personas sobre las que no existe información suficiente para evaluar posibles riesgos y evitar acciones que, a su juicio, puedan afectar las instituciones y principios de Estados Unidos.

En el caso de Siria, el gobierno estadounidense argumentó que el país no cuenta con una autoridad central capaz de emitir documentos confiables ni con mecanismos adecuados de control migratorio, en un contexto marcado por recientes ataques atribuidos al Estado Islámico que dejaron víctimas estadounidenses.
El endurecimiento del veto también ocurre tras un tiroteo registrado a finales de noviembre en Washington, hecho que fue citado por la administración como ejemplo de las fallas del sistema de admisión de extranjeros y que refuerza su postura a favor de mayores restricciones migratorias.








