El sábado 17 de febrero, un grupo de 12 alpinistas de Jalisco se aventuró en el ascenso al Pico de Orizaba, una ruta familiar para ellos. Sin embargo, el destino les tenía preparada una tragedia inesperada. Después de alcanzar la cima el domingo por la mañana, fueron sorprendidos por un cambio brusco en las condiciones climáticas, que resultaron en la dispersión del equipo.
A pesar de los esfuerzos de ocho alpinistas por regresar y buscar ayuda, dos miembros del grupo no tuvieron la misma suerte. Jessica “N” fue encontrada sin vida a 5,200 metros de altitud, mientras que Luis Flores Gómez, el guía de la expedición y líder de los Barrancracks, fue hallado sin vida en la zona conocida como La Avioneta, a 4,600 metros.
El trágico desenlace movilizó a equipos de rescate de Puebla, Veracruz y el equipo de Rescate Alpino, quienes se unieron en la búsqueda de los montañistas desaparecidos. A pesar de sus esfuerzos, el saldo final fue de dos vidas perdidas en uno de los ascensos más mortales al Pico de Orizaba.