Silvano, más priista que el PRI

Emmanuel Cervantes

 

El trasfondo del reclamo de Silvano Aureoles y diversos actores políticos en contra de Alfredo del Mazo es simple, pero interesante: la molestia verdadera es que no se utilizó en la elección el aparato de Estado como lo usaba el viejo régimen, como lo utilizó el zitacuarense.

Vale la pena revisar cómo Aureoles defiende al priismo, y no cualquier priismo, no al de los tecnócratas, sino al más rancio: al de Carlos Hank González, el del ejercicio corruptor en su apogeo.

La memoria es cruda. Aureoles traicionó en 2018. Recordemos que el PRD, su partido, estaba en alianza con el PAN y Movimiento Ciudadano y el ex gobernador fue en contra y apoyó a Meade.

No se augura buen camino para el PRD en el 24; su desastre electoral sigue y no se observa posibilidad de que frenen su caída. Pero el PAN no se queda atrás, con un Marko empequeñecido que sólo busca amarrar su combo: Creel a la presidencial; él en pluri uno al Senado; Anaya en la 3 y Mauricio Vila también muy cerca. Ésa es la tirada, aunque los votos del panismo naufraguen.

 

Panistas con el control del aguacate de exportación

Armando López Orduña –hermano de “Chavo”– es quien controla realmente a la Asociación de Productores y Exportadores de Aguacate de Michoacán (APEAM), y busca garantizar su economía; ya incorporó a Elvira Quezada (calderonista), poniendo el organismo cada vez más azul.

Pero no queda ahí, una lectura más detallada nos indica que el sector aguacatero de exportación quedaría entre panistas. Ahora en próximos días se renovará la presidencia de ese órgano que está en manos de José Luis Gallardo, pero con la operación real de Orduña.

Se acordó que sea la empacadora Acapulco de Tingüindín, a cargo de Julio Sahagún Calderón, sobrino de la verdadera dueña, Martha Sahagún. El sector duro del panismo quiere seguir controlando el millonario negocio verde.