La gestión de Alfonso Martínez Alcázar en políticas de movilidad para ciclistas ha dejado un rastro de fracasos evidentes en Morelia. Desde ciclopistas inundadas hasta obras abandonadas, la situación para los ciclistas es preocupante.
En la avenida Nocupétaro, la ciclopista a la altura de Guillermo Prieto y Guadalupe Victoria se inunda con la menor lluvia, carece de mantenimiento y supervisión. La desconexión entre tramos agrava la problemática, generando un ambiente poco seguro.
La ciclopista Morelia a Pátzcuaro, con más de 10 km de extensión, ha sido completamente desatendida. A pesar de los riesgos de asaltos y la ausencia policial, los ciclistas evitan la ruta, prefiriendo rodearla por la carretera Morelia a Pátzcuaro. La falta de vigilancia y el deterioro acumulado entre las administraciones de Martínez Alcázar han llevado a una situación crítica.
La asociación Bicivilizate ha alzado la voz en el centro histórico exigiendo la reparación de las ciclopistas, señalando baches, desprendimientos y la invasión constante de automóviles. Alejandra Gómez, su representante, destaca la falta de mantenimiento desde 2018, poniendo en peligro a los usuarios.
La ciclopista en la avenida San Juanito Itzicuaro, lejos de cumplir su función, se ha convertido en un estacionamiento y espacio publicitario para comercios cercanos, evidenciando la falta de control municipal.
La desatención de Martínez Alcázar hacia las necesidades ciclistas en Morelia demanda una acción urgente, no solo para mejorar la infraestructura, sino también para garantizar la seguridad de quienes eligen la bicicleta como medio de transporte.