La crisis hídrica que aqueja a Morelia se agrava conforme los proyectos prometidos por el alcalde Alfonso Martínez Alcázar permanecen sin concluir, dejando a los residentes enfrentando escasez e incertidumbre.
A pesar de los compromisos hechos desde 2021, iniciativas críticas como el “Acuaférico”, destinado a llevar agua a 78 vecindarios, están lejos de ser una realidad. Originalmente programado para ser completado para el 30 de marzo, informes recientes indican que el proyecto apenas está un 60% completo, sembrando dudas sobre su entrega oportuna.
La promesa de Martínez Alcázar de aumentar la disponibilidad de agua en un 40% en todo el municipio también está en el aire. Casi tres años después, Morelia aún sufre una de las tasas de desperdicio de agua más altas del país, con un 60% perdido en fugas, un recordatorio contundente de promesas incumplidas.
Además, de las ocho plantas de tratamiento de aguas residuales prometidas por el alcalde, solo una, ubicada en el Boulevard García de León, está operativa, aunque a capacidad mínima, procesando menos de un litro por segundo. Las instalaciones restantes existen únicamente como promesas de campaña, dejando preocupaciones ambientales sin resolver y subrayando un fracaso en la entrega de infraestructura crucial.
A medida que la frustración crece entre los residentes, el foco se intensifica en la administración del alcalde Martínez Alcázar, planteando interrogantes sobre la rendición de cuentas y la necesidad urgente de acciones tangibles para resolver los apremiantes problemas de agua en Morelia.