En busca de alternativas para los cultivos ante un contexto de escasez de agua, se lleva a cabo un proceso de rematriación de maíces nativos en cinco municipios de la meseta purépecha.
Esta acción es en respuesta a la inquietud de productores de maíz quienes consideran que el cambio climático ha ido degradando la genética de ese grano; por ello, se vincularon con personal de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) oriundo de esa región, y del Hub Bajío del Centro de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), institución que, a través de su banco de germoplasma, les entregó semillas nativas de la región, colectadas años atrás, cuando aún no se usaban agroquímicos en los cultivos.
En el plan de rematriación de maíces nativos, como ellos le conocen, se trabaja en parcelas piloto ubicadas en los municipios de Tingambato, Nahuatzen, Cherán, Uruapan y Charapan, en las que se hizo un diagnóstico para detectar qué necesidades o problemáticas presentan y qué tecnologías maneja el productor.
Una vez realizado el diagnóstico, se procede a reintroducir en ellas las semillas nativas aplicando técnicas agroecológicas; de esta acción se busca observar qué resultados se obtienen en los cultivos y constatar cuáles de las semillas nativas destacan por su resistencia a la sequía, a plagas y enfermedades, por su rendimiento, entre otros aspectos que serán analizados.
Las comunidades que participan en esta acción de rematriación son Pichátaro, Sevina, Angahuan, Charapan, así como una parcela ubicada en el Instituto Tecnológico Superior Purépecha de Cherán; a la fecha se han encontrado 62 accesiones o semillas colectadas en los referidos municipios.