
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, calificó como una “agresión no provocada” los recientes ataques militares dirigidos contra Irán, en un contexto de creciente tensión en Medio Oriente tras la intervención directa de Estados Unidos en el conflicto.
Durante una declaración oficial, Putin afirmó que las acciones bélicas no solo constituyen una violación a la soberanía iraní, sino que también ponen en grave riesgo la estabilidad de la región y del sistema internacional en su conjunto.
“Estos ataques solo avivan el conflicto y alejan la posibilidad de una solución pacífica. Hacemos un llamado a la comunidad internacional a respetar la soberanía de Irán y a optar por la vía diplomática antes que por la violencia”, expresó el mandatario ruso.
La postura del Kremlin refleja una firme preocupación por la escalada de enfrentamientos en Oriente Medio, así como su interés en evitar que el conflicto derive en una guerra de mayores proporciones. Rusia, aliada histórica de Irán, ha insistido en que cualquier acción militar unilateral debilita los esfuerzos por mantener la seguridad global.
Putin también reiteró su llamado a que los actores involucrados prioricen el diálogo como herramienta para la resolución de diferencias, en lugar de continuar con operaciones militares que, advirtió, podrían tener consecuencias impredecibles a nivel mundial.