Estados Unidos, 10 de junio de 2025.— Las protestas contra los operativos migratorios del Gobierno de Donald Trump cumplen ya cinco días consecutivos en diversas ciudades de Estados Unidos. Desde Los Ángeles hasta Nueva York y Chicago, miles de personas han salido a las calles exigiendo el cese de las redadas del ICE y rechazando el despliegue militar ordenado por la Casa Blanca.

Aunque la mayoría de las manifestaciones han sido pacíficas, también se han registrado enfrentamientos, actos de vandalismo, detenciones masivas y el uso de gases lacrimógenos por parte de las fuerzas de seguridad. Autoridades locales insisten en garantizar el derecho a la protesta.

Toque de queda en Los Ángeles

En Los Ángeles, principal foco de las movilizaciones, la alcaldesa Karen Bass decretó un toque de queda en el centro de la ciudad a partir de las 8:00 p.m. de este martes. La medida responde a los actos de violencia registrados y busca evitar mayores disturbios.

“Si no vive ni trabaja en el centro de Los Ángeles, evite la zona. Las fuerzas del orden arrestarán a quienes incumplan el toque de queda y serán procesados”, advirtió Bass, quien responsabilizó directamente al presidente Trump por “la caótica escalada” de los últimos días.

Nueva York y Chicago también se suman

En Nueva York, más de mil personas marcharon hasta las oficinas del ICE en Foley Square, Manhattan, bajo fuertes medidas de seguridad. Los manifestantes exigieron el fin de las redadas bajo consignas como “ICE fuera de Nueva York”.

Por su parte, en Chicago las protestas del movimiento nacional “ICE OUT” derivaron en enfrentamientos con la policía, bloqueos de vialidades, y algunos actos de violencia. Las autoridades utilizaron gas lacrimógeno, balas de goma y granadas aturdidoras para dispersar a los manifestantes.

Militarización y resistencia

El Gobierno federal desplegó 4 mil elementos de la Guardia Nacional y cientos de marines en Los Ángeles, lo que ha sido calificado como una “reacción exagerada” por el gobernador de California, Gavin Newsom.

A pesar de la militarización y las declaraciones cada vez más duras del presidente Trump, las protestas continúan y los manifestantes insisten en que la lucha es por los derechos humanos y la dignidad de las comunidades migrantes.