La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) emitió una alarma dirigida a la población en general respecto al uso de “poppers”.
Estos productos, que se comercializan en pequeños frascos líquidos para ser inhalados, contienen sustancias químicas extremadamente tóxicas, irritantes, volátiles e inflamables, además de ser altamente adictivos.
En los últimos meses, los “poppers” han ganado popularidad entre jóvenes y adolescentes. Estas sustancias psicoactivas y/o estimulantes sexuales suelen inducir estados de euforia y desinhibición, lo que puede llevar a prácticas sexuales de riesgo y aumentar la posibilidad de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS).
Uno de los peligros más significativos radica en la tolerancia que desarrollan los consumidores. Debido a la corta duración de sus efectos, las personas necesitan dosis cada vez mayores, lo que aumenta el riesgo de intoxicación por sobredosis. Los efectos secundarios comunes incluyen mareos, vómitos, disminución de la presión arterial y taquicardia.
El consumo de “poppers” puede provocar graves problemas de salud, como irritación de las vías respiratorias, que puede resultar en dificultades para respirar, tos crónica, bronquitis y neumonía lipoidea. Además, los usuarios pueden experimentar lesiones oculares, trastornos en la visión e incluso la pérdida de la visión en algunos casos.