El líder transportista José Trinidad Martínez Pasalagua se opone a la Ley de Movilidad y Seguridad Vial que pretende aprobar el Congreso de Michoacán, pero defiende una ley creada en 1982, cuyo contenido es obsoleto y se encuentra rebasado por el crecimiento poblacional y territorial de la entidad.
La negativa de Pasalagua derivó en que se ordenara la suspensión del servicio en el transporte público de Morelia, de lo que se desprendieron bloqueos en el Centro Histórico de la capital, justamente a las afueras del estado.
Sin precisar cuáles son las inconformidades que giran en torno a la nueva Ley de Movilidad, el líder de la Comisión Reguladora del Transporte en Michoacán (CRT) afirmó que dicho sector no fue considerado en los foros que estableció el Congreso de Michoacán para legislar en la materia.
Lo cierto es que Pasalagua sí fue convocado a los foros de la Ley de Movilidad, de acuerdo con la presidenta de la Comisión de Comunicaciones y Transportes, Julieta García Zepeda, quien precisó, mediante un comunicado, que para crear la ley en cuestión se realizaron “más de 80 mesas de trabajo con todos los sectores involucrados”.
¿Por qué se opone Pasalagua?
La inconformidad de Martínez Pasalagua responde a que esta nueva ley busca transformar el transporte público en Michoacán, a través de la creación de nuevas plataformas de movilidad como el Metrobus, que se proyecta para Morelia, y el Cablebus, contemplado para Uruapan.
Aunado a ello, se plantea también el uso de bicicletas públicas, así como la operatividad de bici-taxis.
Por si fuera poco, Pasalagua se opone a la Ley de Movilidad, pese a que ésta contempla también la regulación de plataformas digitales como Uber y Didi, cuyos operadores deberán ceder el 1.5 de sus ganancias por viaje.
Cabe mencionar que, de acuerdo al contenido de la ley, el monto recaudado de las plataformas digitales pretende ser usado para crear un fondo para el mejoramiento del servicio público, a lo que pareciera oponerse también el líder transportista.
En tanto, el Congreso de Michoacán se vio obligado a votar la Ley de Movilidad desde otra sede para esquivar las movilizaciones que orquestó José Trinidad Martínez Pasalagua.