
El expresidente francés Nicolas Sarkozy comenzó este martes su estancia en la prisión parisina de la Santé, tras ser condenado a cinco años de cárcel por financiar de manera ilegal con dinero libio su campaña electoral de 2007.
Para protegerlo ante posibles amenazas, las autoridades asignaron a dos guardaespaldas que permanecerán en la celda vecina durante el tiempo “necesario”, informó el ministro del Interior, Laurent Nuñez. Sarkozy ocupa un área de aislamiento para evitar el contacto con otros presos, mientras sus abogados ya solicitaron la libertad condicional, que la justicia podría conceder en las próximas semanas.
“El expresidente es un ciudadano como cualquier otro, pero hay amenazas un poco más importantes que pesan sobre él”, explicó Núñez en Europa 1, destacando que el dispositivo de seguridad refleja su estatus y los riesgos que enfrenta incluso en prisión.
El encarcelamiento del marido de Carla Bruni ha generado polémica: choca con la imagen de mano dura que Sarkozy construyó como ministro del Interior entre 2005 y 2007. Según un sondeo RTL-Toluna Harris Interactive, tres cuartas partes de los franceses consideran que no debería recibir un trato distinto al del resto de los condenados, y muchos desaprueban además que el ministro de Justicia, Gérald Darmanin, haya anunciado que visitará a su antiguo mentor en prisión.