Una jirafa somalí (Giraffa reticulata), que acaba de nacer en el zoológico privado Brights Zoo de Tennessee, Estados Unidos, ha sido descrita como notablemente diferente del resto de su especie porque carece del patrón típico de manchas que se encuentran en esta variedad.
La cría, que está siendo criada por su madre y los cuidadores de las instalaciones, tiene menos de un mes pero ya mide más de 1 metro y 80 centímetros.
A pesar de sus obvias diferencias en apariencia, se integran perfectamente con la manada de jirafas reticuladas del zoológico.
Dado que las jirafas suelen vivir entre 25 y 30 años, los expertos creen que es el único espécimen que existe en el mundo. El zoológico de Ueno en Tokio fue el hogar del nacimiento de la última jirafa sin manchas en 1972.