Acento News
Morelia, Michoacán.- La selección mexicana perdió contra Estados Unidos por goleada, no hizo más que patear en el campo de juego y, por si fuera poco, fue apoyada por un pésimo arbitraje.
El marcador de 3-0 a favor de Estados Unidos pudo ser más amplio para el equipo de las barras y las estrellas, pero el silbante salvadoreño, Iván Barton, benefició al conjunto azteca: le perdonó una roja, faltas al por mayor y, por si fuera poco, emparejó el juego con dos expulsiones que, siendo estrictos, únicamente debieron afectar al seleccionado nacional.
Una noche de olvido fue la que vivieron los miles de mexicanos que se dieron cita en el Allegiant Stadium, de Las Vegas, a donde acudieron a presenciar uno de los peores encuentros de la selección mexicana.
El clásico de la Concacaf dejó en claro una cosa: México dejó de ser “el gigante del continente”. Esta noche fue humillado no sólo ante el público que vio el juego, sino ante los ojos del mundo por la manera agresiva con que el seleccionado pretendió remendar la derrota.
Barridas, patadas, empujones y hasta cabezazos. A eso jugó México en la semifinal de la Concacaf Nations League.
Fue una auténtica noche de olvido para la selección, pero sobre todo para los millones de mexicanos que, año tras año, sueñan con levantar una copa, o por lo menos con recuperar la dignidad, esa que perdieron desde hace por lo menos tres mundiales, en términos futbolísticos.
Hoy México perdió, perdió siendo humillado y sobrepasado por su acérrimo rival: el conjunto de Estados Unidos.