En medio de la bulliciosa campaña electoral, los bosques de Morelia han sufrido en silencio una devastadora temporada de incendios, con un saldo desolador de 2 mil 484 hectáreas de suelo forestal consumidas por el fuego.
Mientras el alcalde Alfonso Martínez Alcázar se ve inmerso en sus actividades de proselitismo político, la ausencia de medidas efectivas para combatir estos incendios ha dejado una marca indeleble en el patrimonio natural de la ciudad.
Mas de 80 incendios forestales registrados en los bosques de Morelia, principalmente en su zona sur y poniente. Sin embargo, más allá de las cifras, lo que preocupa es el impacto irreparable en los ecosistemas locales, que son el legado de todos los morelianos.
Resulta especialmente alarmante la falta de respuesta de las brigadas municipales ante estos siniestros, un silencio que se hace aún más ensordecedor considerando los reportes previos sobre el adeudo del ayuntamiento con dichas brigadas. La falta de recursos y de acción coordinada ha dejado a estos valiosos equipos en la sombra, mientras el fuego devora lentamente la biodiversidad de la región.
La política no puede ignorar las urgencias ambientales, y la ciudadanía debe exigir un compromiso real y tangible con la preservación de los recursos naturales. El futuro de Morelia, y de todas las comunidades, depende de ello.