Los estragos causados por los incendios forestales en la región de Acapulco y Chilpancingo han alcanzado un punto crítico, llevando al gobierno del Estado de Guerrero a suspender las clases este martes 14 de mayo. La decisión se fundamenta en la preocupante contaminación atmosférica que ha afectado la calidad del aire en ambos municipios.
Desde mediados de abril, los incendios han estado activos en las zonas altas de Acapulco, exacerbados por la deforestación y las actividades humanas. Estos desastres naturales no solo han devastado la flora y fauna locales, sino que también han provocado una emergencia ambiental que pone en riesgo la salud de la población.
El gobierno estatal, en colaboración con diversas instituciones como la Secretaría de Gestión de Riesgos y Protección Civil, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, y el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), está implementando medidas para combatir los incendios y mitigar los efectos nocivos en el ambiente.
Un monitoreo reciente de la calidad del aire realizado en Chilpancingo del 6 al 11 de mayo, en conjunto con el INECC, ha arrojado datos cruciales sobre la gravedad de la situación. Los resultados de este análisis se esperan para el próximo fin de semana, brindando información clave para tomar decisiones sobre la continuidad de la suspensión de actividades escolares.
La Secretaría de Educación ha reiterado que la prioridad es resguardar la salud de los estudiantes y la comunidad en general. A medida que las autoridades evalúen la evolución de la contingencia, se determinará si es seguro reanudar las clases durante el resto de la semana o si se requerirá una extensión de la suspensión.
Se recomienda a la población seguir las indicaciones emitidas por las autoridades pertinentes, incluyendo Protección Civil, Salud y Educación, para mantenerse informados y tomar precauciones adecuadas ante esta crisis ambiental.