En medio de una emergencia ambiental y humanitaria, los incendios forestales en Oaxaca continúan devastando vastas extensiones de tierras y amenazando comunidades enteras. Más de 10 mil hectáreas han sido consumidas por el fuego en Mitla, un desastre que ha llevado a los comuneros a clamar por ayuda urgente y una declaración de emergencia.
Lo que comenzó como un incendio el 6 de mayo ha evolucionado en una catástrofe que no solo pone en peligro la vida y el patrimonio de las comunidades de San Miguel Albarradas, Unión Zapata, San Miguel del Valle, Díaz Ordaz y Mitla, sino que también amenaza sitios arqueológicos prehispánicos milenarios y una biodiversidad única en flora y fauna endémica.
La falta de recursos y personal especializado se ha convertido en un obstáculo significativo para contener las llamas. A pesar de la colaboración de 75 elementos del ejército, 80 de la Marina y 120 lugareños, las dimensiones del incendio continúan desafiando los esfuerzos de extinción. La población se encuentra agotada y desesperada, con mujeres y niñas de la comunidad de San Miguel del Valle enfrentando directamente el fuego debido a la escasez de personal contraincendio.
Erick Adrián López Cristóbal, un profesor local, expresó su frustración ante la falta de apoyo gubernamental, destacando la insuficiencia de recursos como helicópteros y equipos de extinción. Las quejas ante instancias como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos reflejan la desesperación de una comunidad que se enfrenta sola a una emergencia de esta magnitud.
La crisis no se limita a Mitla; en la región del Istmo de Tehuantepec, los pobladores de San Juan Guichicovi también imploran por ayuda para controlar el fuego en Piedra Blanca. Mientras tanto, el incendio en la comunidad del Obispo, a pocos kilómetros del Santuario de Juquila, resalta la magnitud del desafío que enfrenta el estado de Oaxaca.