
La joven influencer Yoon Ji-Ah, de 25 años, fue encontrada asesinada el 13 de septiembre en un campo de la provincia de Jeolla, Corea del Sur. Con más de 300 mil seguidores en TikTok, la aspirante a actriz se convirtió en víctima de un seguidor obsesionado, identificado como “Choi”, de 50 años, quien fue detenido 12 horas después del hallazgo.
Según la investigación, el hombre tenía un historial de donaciones millonarias en las transmisiones en vivo de Ji-Ah, y tras el rechazo de la influencer a continuar con una colaboración profesional que él había financiado y prometido como puente para su debut, la relación terminó en tragedia. El cuerpo de la joven presentaba marcas de violencia en el cuello, presuntamente por estrangulamiento.
Las autoridades detallaron que “Choi” llevó el cuerpo al condado de Muju, cerca del lugar donde finalmente fue hallada, y que videos de seguridad muestran al hombre frente a la víctima momentos antes del crimen, tras una discusión que habría desencadenado el asesinato. Durante su detención, primero negó los cargos, pero luego admitió su responsabilidad ante la evidencia recopilada.
Expertos señalan que este caso refleja los peligros del fanatismo extremo y las relaciones tóxicas en plataformas digitales. Ji-Ah aspiraba a convertirse en actriz, pero su vida y carrera fueron truncadas por la obsesión y venganza de un seguidor que, movido por deudas y frustraciones personales, terminó con un crimen que conmociona a Corea del Sur y a su comunidad en redes sociales.