Guillermo Ochoa es un portero de claroscuros muy marcados. La insólita goleada del América a Cruz Azul (7-0) puso de nueva cuenta en la mira al guardameta de la Selección Mexicana, quien publicó una imagen alusiva el partido del sábado con la leyenda “HIS7ORICO”, en evidente referencia a los siete tantos que Las Águilas propinaron a La Máquina. Ese juego de palabras no cayó nada bien entre la afición desafecta a Ochoa, que no perdió oportunidad para recordarle que él se ha convertido en un especialista en recibir goleadas de todo tipo.
Durante toda su carrera, Paco Memo ha mezclado puntos altos y bajos de manera continua. Desde su debut profesional, en 2004, se pudo ver en él a un arquero hábil para actuar bajo los tres palos, pero con deficiencias muy marcadas en el juego aéreo y en otros aspectos que, con el tiempo, han cobrado relevancia vital, como el juego de pies. Además de esos factores, las goleadas son un tormento constante en su carrera y no se las ha podido sacudir de encima
Por ejemplo, en su primera etapa con el América, en el torneo Apertura 2008, Ochoa estuvo en la cancha el día que su equipo cayó 4-0 ante Veracruz, un equipo que en ese momento ya estaba descendido. Aunque en diversos partidos, Ochoa recibió tres o cuatro goles en algunos partidos más, en esa época nadie consideraba que fuera un arquero proclive a permitir goleadas. Eso vino tiempo después.https://www.youtube.com/embed/3lhvzOVzD1w?rel=0
En su paso por Europa, Ochoa padeció a lo grande de marcadores abultados. Aunque sus intervenciones, en muchas ocasiones, eran clave para evitar humillaciones colectivas todavía más grandes, sería imposible negar todas esas manchas en la carrera del arquero. Por ejemplo, con el Granada, equipo que lo arropó en la temporada 2016-2017, Ochoa se convirtió en el arquero más goleado en la historia del futbol español.