Cuando la megafonía anunció la presencia de Paulo Futre en el palco del Metropolitano, la hinchada del Atlético y la del Oporto se pusieron en pie para mostrar su cariño al luso, que los conmocionó el pasado 22 de agosto con el infarto que sufrió. Los más próximos se giraron para contemplar como uno de los grandes iconos rojiblancos se emocionaba ante las muestras de afecto y lanzaba ráfagas de besos a los cuatro vientos. Por mucho tiempo, eso fue lo más emocionante que se vivió en el Metropolitano ante la falta de fútbol. El final, con los tres tantos en la prolongación, debieron de poner a prueba el corazón de Futre. Antes, el fútbol del Atlético, más que el del Oporto, debió decepcionarle y mucho. “El partido fue malo”, aseveró Diego Pablo Simeone. “Ellos fueron mejores en ese partido de la presión, los duelos y los rechaces. Es una victoria para aprender y mejorar”, abundó el Cholo.
El técnico argentino ya no sabe qué decir cada vez que le meten el dedo en el ojo con preguntas comprometidas sobre Griezmann. Esta vez tuvo que responder hasta cuando va a aguantar la situación ante la evidencia del atacante galo está resultando decisivo. “Yo me tengo que ajustar a la realidad, y la realidad dice que Griezmann lo está haciendo muy bien jugando media hora”, ironizó Simeone, con la sonrisa de oreja a oreja. La situación le debe parecer cómica porque la realidad también le dice que, por primera vez en los diez años largos que lleva en el banquillo del Atlético, nunca había relegado a la suplencia a un jugador tan determinante.
La misma resignación que ofrece su entrenador, muestra Griezmann. “Es lo que hay, no está en mis manos. Agradecido a Dios por estar aquí. Mi familia está contenta, yo claro que quiero más, pero voy a dar todo en los minutos que tenga. Me siento un hombre de club, estoy feliz aquí y solo quiero jugar aquí y darlo todo por el club, por el Cholo y por la afición”, afirmó el francés. Como Simeone el pasado viernes, Griezmann también dejó entrever que no juega más porque el club no quiere que juegue 45 minutos en el 50% de los partidos en los que esté disponible.
El otro gran protagonista de la noche fue Mario Hermoso. Hizo el 1-0, lo celebró en la misma grada en la que se enfrentó a un grupo de ultras del Atlético por insultar a Griezmann y cometió un penalti por unas manos que pudo evitar. “Ha sido más lo que se ha comentado de la relación que podía haber entre la afición y yo. Todos queremos lo mismo, ganar. Defendemos el escudo de la mejor manera posible”, aseguró el central.