Después de más de dos semanas de intensos combates entre Israel y el grupo islamista Hamás, la devastación en Gaza es inmensa, con un impacto humano inimaginable.
Según la Oficina de Prensa del Gobierno de Gaza, aproximadamente el 70% de la población de Gaza ha sido desplazada debido a los bombardeos, lo que equivale a al menos 1.4 millones de personas de los 2.3 millones de habitantes de la región.
Más de la mitad de las viviendas en Gaza están total o parcialmente destruidas debido a los bombardeos indiscriminados, y miles de personas han buscado refugio en 217 centros de acogida o casas de familiares, amigos y conocidos. La población de Gaza enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes.
Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, desde el inicio de la guerra, se reportan 4,651 palestinos muertos, incluyendo 1,873 niños, 1,023 mujeres y 187 ancianos. Otros 14,245 resultaron heridos. Las cifras son abrumadoras y reflejan una tragedia que requiere una atención urgente.
La infraestructura de Gaza también ha sufrido daños significativos, con 164,000 viviendas dañadas parcial o totalmente y 5,635 edificios residenciales completamente demolidos. Además, 176 escuelas resultaron dañadas, 30 de las cuales están fuera de servicio, lo que representa un duro golpe a la educación en la región.
31 mezquitas han sido destruidas y tres iglesias han sufrido daños, lo que demuestra la amplia devastación causada por los intensos bombardeos aéreos en el enclave. La Oficina de Prensa del Gobierno de Gaza acusa a Israel de “no tener líneas rojas”, lo que refleja una preocupación por la falta de restricciones en la intensidad de los ataques.