Este año, al menos ocho bares de Morelia han sido atacados y Alfonso Martínez de brazos cruzados

Morelia ha sido testigo de una serie de ataques a bares y antros, desatando un clima de inseguridad.

Mientras estos establecimientos sufren quemas, balaceras y asaltos, la pasividad del presidente municipal Alfonso Martínez Alcázar ha generado críticas. La reciente agresión a Hanna en Altozano es solo uno de los ocho incidentes, incluyendo tiroteos en Level y Valentinos, además del incendio en Vertical Mint y Luv. A pesar de la presunta vinculación del bar Valentinos con actividades ilícitas, sigue la sensación de impunidad.

No solo la violencia es un problema, sino también la presencia de drogas en bares bajo escrutinio de la Fiscalía y la Guardia Civil, como evidencian los cateos en varios establecimientos. A pesar del cierre del Casablanca Kitchen & Cocktails, continúa operando, lo que pone de manifiesto la falta de acción de las autoridades locales.

El malestar de los residentes de Chapultepec Sur y Nueva Chapultepec ante el Ayuntamiento, denunciando constantes molestias causadas por los bares en Boulevard García de León, refuerza el panorama de deterioro. Ruidos, inseguridad, daños a viviendas, actos vandálicos y disturbios en las afueras de estos locales son solo algunos de los problemas que aquejan a la comunidad.

En resumen, la incapacidad de las autoridades municipales para abordar la creciente inseguridad y el descontento de los ciudadanos ante la impunidad reinante en los bares atacados plantea una seria interrogante sobre la situación de la seguridad en Morelia.