El último adiós de Hipólito Mora

Unos meses antes de morir Hipólito Mora dejó un mensaje dirigido a sus allegados y amigos. En él, se dice consciente de que la muerte lo espera, y hace un llamado a no bajar la guardia frente a la crisis de seguridad que se vive en la región terracalentana de Michoacán.

“Que mi muerte no sea en vano, lo dije en muchas ocasiones, sabía que este día llegaría, lo dije: me voy a morir peleando. Solo quiero que mi muerte no sea en vano, que los michoacanos, que todos presumimos bravura, seamos valientes de una vez y acabemos con este mal que nos tiene en el suelo”, refirió en una carta que le confió a su grupo de abogados, a quienes instruyó para difundirla, una vez que se consumara su muerte.

En el texto, Hipólito Mora pide dar continuidad a la lucha que inició en 2013, cuando le declaró la guerra al cártel de Los Caballeros Templarios, bajo la intención de recuperar la tranquilidad en Tierra Caliente.

“Que mi muerte no sea en vano, y tanto mi familia como mis amigos, y mis fieles seguidores, hagan lo que tengan que hacer para que la lucha que yo empecé siga siendo por una causa justa para los ciudadanos. Aquí, y en el otro mundo, seguiré siendo Hipólito Mora”, dice en la carta.

Las últimas palabras de Hipólito Mora también alcanzaron a las autoridades, a las que les pidió atención para la ciudadanía, “antes que para sus campañas o bolsillos”.

“Que los policías vean que tienen la fuerza para acabar con esto, que el gobierno, el que esté en el momento de mi muerte, se fije en los ciudadanos, antes que en sus campañas o en sus bolsillos”, prosigue.

La última carta de Hipólito Mora fue expuesta públicamente este viernes por parte del grupo de abogados que acompañaba la causa del exlíder de las fuerzas de autodefensa en Michoacán.

De acuerdo con los abogados, Hipólito Mora escribió este texto después del último atentado que había sufrido, el 3 de marzo de 2023.

Con estas palabras Hipólito demostró que era consciente del riesgo que corría, sin embargo, eso nunca lo alejó de la tierra que lo vio nacer, y finalmente lo vio caer: La Ruana, localizada en Buenavista, el corazón de la Tierra Caliente michoacana.