Los refrescos, bebidas endulzadas a las que el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, calificó como ‘veneno embotellado’ provocan la muerte de 40 mil 842 personas al año en nuestro país, según el más reciente estudio realizado entre el Instituto Nacional de Salud Pública y la Universidad Tufts de Massachusetts, por lo que los investigadores proponen aumentar hasta en 40 por ciento el Impuesto Especial a Productos y Servicios (IEPS) “Nosotros encontramos que hay 40 mil 842 muertes al año que se asocian a bebidas azucaradas, cuánto representa esto, el 7 por ciento de las muertes totales en personas de 20 años o más”, dijo Tonatiuh Barrientos, director adjunto del Centro de Investigación en Salud Poblacional del Instituto Nacional de Salud Pública de México.
De esa 40 mil 842 muertes asociadas al consumo de refrescos, 37 mil muertes son por enfermedades cardiometabólicas, es decir, diabetes, enfermedad cardiovascular y cáncer asociado a obesidad, lamentó el investigador, al participar en el foro virtual, “¿Veneno embotellado?: Evidencia incontrovertible del impacto en salud de las bebidas azucaradas” que organizó la Alianza por la Salud Alimentaria. “Podríamos prevenir un gran numero de muertes disminuyendo el consumo de bebidas azucaradas, el segundo hallazgo importante es que si nosotros ponderamos que estos productos están asociados con el 7 por ciento de la mortalidad general, tendíamos que llegar a la conclusión de que las bebidas azucaradas podrían ser la principal causa del tsunami cardiometabólico que vimos en México, casi una de cada cinco muertes asociadas al consumo de estos productos”, dijo Barrientos, uno de los autores del estudio, publicado en la revista International Journal of Obesity en 2019.
Por ello, dijo que es urgente implementemos las políticas publicas robustas que nos ayuden a disminuir el consumo de bebidas, como aumentar el IEPS a refrescos y jugos artificiales hasta en un 40 por ciento, además de presentar un nuevo etiquetado, prohibir su venta en escuelas y eliminar la publicidad.
“Estos son pasos que México ya está avanzando de manera decidida, pero me parece que la población debe saber que en el fondo de todas estas estrategias se está buscando prevenir la vida de las personas”, dijo Tonatiuh Barrientos, al destacar que en el sur del país el consumo de refrescos es el más alto, y “los varones más jóvenes son las personas más afectadas porque concentran un muy elevado consumo de estos productos”.
En el mismo foro, la doctora Kimber Stanhope, bióloga investigadora del departamento de Biociencias Moleculares de la Universidad de California en Davis, explicó que la totalidad de la evidencia científica en estudios epidemiológicos, de intervención dietética y técnicos, demuestra que el consumo de bebidas azucaradas, que contienen una alta cantidad de fructosa, jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) o sacarosa, incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV).
“La evidencia de estudios técnicos revela que, a diferencia de la glucosa y otros macronutrientes, la absorción y el metabolismo de la fructosa en el hígado no está regulada. Por lo anterior, el consumo de bebidas azucaradas con fructosa, que contienen azúcares como JMAF y sacarosa, causan una sobrecarga de fructosa en el hígado, lo cual promueve la conversión de fructosa en grasa, incrementando los niveles en sangre de los factores de riesgo para el desarrollo de ECV.”
Explicó que sus estudios muestran que en sólo dos semanas de consumo diario de una botella de 500 ml de bebidas azucaradas se presentan ya indicadores de riesgo para enfermedades cardiovasculares. Sus investigaciones demuestran una relación directa entre el consumo de bebidas azucaradas y el aumento de enfermedades cardiovasculares sin necesidad de pasar por el sobrepeso y la obesidad. Por su parte, la doctora Vasanti Malik, profesora de la Universidad de Toronto y la T.H. Chan School of Public Health de la Universidad de Harvard dijo que los estudios de metaanálisis concluyen que la ingesta de bebidas azucaradas promueve el incremento de peso y se asocia con un elevado riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedades crónicas asociadas.
Estos vínculos se han observado consistentemente en diferentes poblaciones alrededor del mundo, incluyendo México, donde los niveles de consumo de bebidas azucaradas son altos.
Limitar el consumo de estas bebidas es un cambio simple en el estilo de vida que podría prevenir el incremento de peso y diabetes. Además, la doctora Malik resaltó un estudio que realizó en México donde analizó información de más de 70,000 mujeres mexicanas y concluyó que cada porción adicional de bebidas azucaradas consumida se asocia con un aumento en 27% de la incidencia de diabetes.