Guanajuato, Gto. En tiempos de turbulencia y conflicto puede ser tan útil una bella canción de amor, que un tema político, aseguró Wynton Marsalis (Nueva Orleans, 1961), trompetista, compositor, arreglista y director fundador de la Jazz at Lincoln Center Orchestra, agrupación neoyorquina que participa en la 50 edición del Festival Internacional Cervantino y se presentará el sábado 29, a las 20:00 horas, en el Auditorio Nacional como parte del Circuito Cervantino 2022.
“Fui criado en medio de un movimiento de derechos civiles. Siempre me ha interesado la historia de Estados Unidos y el humanismo universal, al igual que a mis padres. Cada década he escrito alguna obra que aborda la agitación social, misma que he equiparado con situaciones que suceden en el mundo. Siempre acabo de lado de la libertad y casi siempre una mujer canta la parte más significativa de la pieza, no sé por qué. Sin embargo, no siento que todo artista tenga que hacer eso. Las personas tienen diferentes habilidades y talentos”, detalló Marsalis.
Entrevistado en forma colectiva, vía zoom, el destacado músico del jazz contemporáneo mostró no sólo su gran amor por México –estudiaba la prepa cuando vino por primera vez– , sino su conocimiento e interés por la música que aquí se hace. “He tenido muchos estudiantes y uno de ellos, un trompetista de música para mariachi, me manda una lista de números que escuchar desde José Alfredo Jiménez y el Mariachi Vargas de Tecalitlán en adelante”.
México, continuó, goza de una gran tradición dentro de la ejecución de la trompeta. Tradición que comparte con toda la América. Recordó al “fantástico” trompetista mexicano Chilo Morán. A Marsalis le gusta la música folclórica de diferentes países, misma que estudia para mejorar su conocimiento. Le gustaría reflejar en un concierto el sonido de la trompeta de mariachis, sin embargo le da miedo escribir “algo cursi o condescendiente”.
Fundada en 1996, la Jazz at Lincoln Center Orchestra, de 15 integrantes, interpreta “arreglos originales, números de la historia de nuestra música, además de piezas nuevas que hemos escrito. No separamos nuestras generaciones y tradiciones, sino mantenemos todo junto”. Para Marsalis el jazz es una música que “te enseña cómo expresarte y disfrutar de la libertad individual, sin olvidar tu responsabilidad en la energía del grupo. Siempre hay que buscar el equilibrio”.Wynton creció entre músicos de jazz; su padre fue el pianista Ellis Marsalis y sus tres hermanos son jazzistas.
Según el entrevistado el jazz es una música “muy humana”, así que le importa proyectar “una filosofía de humanismo universal”. Jelly Roll Morton, el primer gran compositor de jazz, sostenía que “una de las funciones principales de la música era permitir el acercamiento de las personas, incluso cuando no se caían bien. Continuamos en esa tónica. Queremos ser parte de la liberación del mundo, también de la potencial individual, sin que esto quita la responsabilidad de trabajar en el contexto de un grupo”.
Nacido en la sombra de la esclavitud estadunidense, en la retracción de los derechos que vinieron con la reconstrucción después de la Guerra Civil, “el jazz es una música que, mediante el blues, nos enseña que el optimismo no es inocente. El jazz siempre te coloca en la ecuación que dice, sí, pasan muchas cosas terribles, sin embargo, las personas pueden unirse y buscar una manera de elevarse a otro nivel por medio del compromiso constructivo.
“El jazz es una música de comunicación. En los diferentes conflictos que tenemos en el mundo siempre hay un problema de comunicación. Cuando las personas dejan de hablarse, se vuelve la sobrevivencia del más apto. El jazz es una música que te obliga a comunicarte con tu vecino, así que es resiliente. Sin embargo, no es ingenuo, reconoce la tragedia de la condición humana”.
Después de México, Marsalis y su “big band” viajarán a Texas para actuaciones en varias ciudades: “Siempre estamos haciendo algo”. Aunque “casi no hacemos proyectos”, dijo estar en el proceso de componer un concierto para trompeta”. También pretende lanzar un par de grabaciones, “algo que escribí llamado The jungle (La jungla). Todos escribimos piezas, entonces en eso trabajamos”.