El iceberg antártico A23a, considerado el más grande del mundo con casi cuatro mil kilómetros cuadrados, ha iniciado un inusual movimiento después de permanecer estático desde su desprendimiento en 1986.
Este coloso de hielo, aproximadamente tres veces el tamaño de Nueva York, ha capturado la atención de la comunidad científica al desplazarse más allá del extremo norte de la Península Antártica.
Las imágenes satelitales más recientes revelan que este masivo bloque de hielo, que en su pasado alojó una estación de investigación soviética, se desplaza rápidamente gracias a la influencia de fuertes vientos y corrientes oceánicas.
El glaciólogo Oliver Marsh, del British Antarctic Survey, señala la rareza de presenciar el movimiento de un iceberg de semejante magnitud, lo que ha impulsado a los científicos a seguir de cerca su trayectoria.
A medida que el iceberg gana velocidad, se espera que se dirija hacia la Corriente Circumpolar Antártica, llevándolo por una ruta conocida como “el callejón de los icebergs”. Este área, en el Océano Antártico, alberga otros icebergs de características similares, creando un fascinante fenómeno natural.
Hasta el momento, los científicos no han identificado las razones exactas que motivaron el movimiento del iceberg después de casi tres décadas de inmovilidad.