El éxodo de Cristiano solo atrae al Atlético

Cristiano Ronaldo cumplió tres semanas de rebelión encubierta el lunes. El tiempo que lleva sin presentarse a los entrenamientos de su club, el Manchester United, que hace un año le fichó a la Juventus por dos temporadas sin sospechar que cumplido el primer curso el hombre alegaría “problemas personales” para justificar su ausencia mientras su agente, Jorge Mendes, le busca un nuevo equipo, un equipo en condiciones de ganar títulos o, al menos, de participar con dignidad en la Champions. El Bayern lo descartó por las mismas razones que no quiso a Lewandowski. El Chelsea alegó que necesitaba defensas antes que puntas. Solo el Atlético ha mostrado verdadero interés. Según fuentes próximas al club del Metropolitano, lo que en un principio fue contemplado con agrado por Miguel Ángel Gil, el consejero delegado, ahora es una posibilidad que también goza del beneplácito de Diego Simeone, el entrenador plenipotenciario.

Simeone no parece entusiasmado, pero emite un dictamen frío, según estas fuentes: sabe que el portugués garantiza rendimiento. La clase de entrega que deriva del “carácter ganador”. También aprecia los goles. Si hay algo que ha padecido el Atlético en las últimas instancias de la Champions es la falta de pegada. Ahí confluyen los dos ríos. A sus 37 años, Cristiano está obsesionado con cerrar su carrera incrementando su estadística goleadora en Liga de Campeones: suma 140 tantos en 183 partidos y quiere acumular más. Que el United no se clasificara para la máxima competición europea fue el desencadenante de su absentismo. Entonces los dirigentes británicos descubrieron que aquellas frases que emitió a su llegada en 2021, diciendo que regresaba al club de su vida, se habían quedado en palabras vacías.https://imasdk.googleapis.com/js/core/bridge3.522.0_en.html#goog_1880631541

Lejos de perder la calma, Richard Arnold, el director ejecutivo del United obró como los presidentes cuando gestionan la ruina. Se agarró a lo que tenía. Comprensivo con el futbolista y con su cuerpo técnico, su posición se amparó en la postura del entrenador, Erik ten Hag, siempre partidario de retener al goleador si no es posible contratar un reemplazo mejor en un mercado desolador. La reflexión de Ten Hag ha sido nítida, según un agente que trabaja para el United: “Si he conseguido convertir a Dusan Tadic en un goleador en el Ajax, con Cristiano en el United todo será mucho más fácil”.

Arnold se limita a pedir 30 millones de euros por el traspaso. Nadie, de momento, ha querido pagar esa cantidad. Dicen en el United que Mendes sabe perfectamente que el mercado no da para más. La cuerda comienza a estirarse. “La situación con Cristiano es la misma que la semana pasada”, dijo Ten Hag hace un par de días. “No sabemos dónde está, pero me centro en los jugadores que sí están. No puedo esperar a ver si Ronaldo viene; pero si lo hace, lo integraremos al equipo”.

Ten Hag no pierde la esperanza. Sueña con que la estrella repita sus 18 goles en 30 partidos de Premier del curso pasado. Pero Cristiano experimenta una repulsión de la que participan cada vez más futbolistas a la hora de ponderar su entrada en Old Trafford, escenario hasta hace poco mitificado. Como Paul Pogba, Cristiano ha descubierto que el feudo de Alex Ferguson es apenas un recuerdo y el club que le acogía, el de mayor potencial financiero de Inglaterra, es también el más desorientado respecto a su estrategia deportiva, dividido como está entre dirigentes partidarios de la insularidad y dirigentes inclinados a importar ideas del continente. Una institución tan confundida en su política de fichajes como resuelta en su política de comunicación a culpar a la plantilla de los inevitables fracasos.

11 millones netos

Cristiano, que cobra 11 millones de euros netos por temporada, ya no tiene dudas. Supo pronto que la distancia sideral entre las expectativas y la realidad del United generaría una carga insoportable sobre sus hombros. Lo comprendió cuando los medios de comunicación ingleses le señalaron como el causante del mal juego del equipo en la temporada pasada. Argumentaron que hacía goles pero no ayudaba a conservar la posesión porque no presionaba tras pérdida, y el malogrado Ralf Ragnick, entonces el entrenador, dejó correr el rumor por la cuenta que le traía.

Ahora quiere regresar a Madrid. En Pozuelo es propietario de una mansión que no piensa vender y no le faltan amigos, especialmente madridistas, que comprenden que si rompe amarras con su pasado no será por desafecto al Real Madrid sino por rencor hacia sus dirigentes. Cristiano no olvida que tras ganar la Champions en 2017, cuando pidió que le renovaran, se encontró con que el presidente Florentino Pérez dilató una respuesta al tiempo que procuró fichar a Mbappé. Su traspaso a la Juventus, en 2018, culminó el desencuentro. La misma herida en el ego que ahora le alienta a regresar despechado al bando rival.

El Times publicó este domingo que el Atlético ha llegado a ofrecer a Antoine Griezmann al United, a modo de trueque. En el club madrileño indican que todo es posible desde que los estudios de mercado revelaron unos retornos potenciales extraordinarios si fichaban al portugués. La operación invita al optimismo si se proyectan sus derivadas crematísticas. El Atlético comienza a calentarse. Cristiano comienza a pensar que si quiere evitar la vergüenza de regresar a Manchester la vía del Metropolitano se presenta como el único final posible de su éxodo.

Oferta de 26 millones de euros brutos anuales a Frenkie de Jong

A fuerza de encadenar errores en los fichajes de entrenadores y jugadores durante una década, el Manchester United se encuentra en una situación desesperada. Tan crítica que presentó como un gran éxito el fichaje de Christian Eriksen, un futbolista que permaneció clínicamente muerto durante diez minutos en 2021. Tan apretada que el técnico, Ten Hag, se obstina en retener a Cristiano a pesar de que el portugués tiene 37 años y lleva tres semanas desaparecido con la intención manifiesta de no regresar.

La pérdida de prestigio se refleja en un mercado de fichajes que solo exhibe futbolistas que huyen o que resultan imposibles de seducir. La precariedad del United es tal que ni las posibilidades financieras de su marca, la más potente del Reino Unido, le ayudan a atraer futbolistas. 

Dice la directiva del Barcelona que Frenkie de Jong cobra un salario desmesurado al que preferiría no tener que renunciar. Según el contrato, publicado por Marca, si el holandés cumple con las condiciones estipuladas hasta el final del vínculo recibirá un promedio de 14 millones de euros brutos de fijo más dos millones de bonus por año. Casi la mitad de lo que le ofrece el Manchester United 

La última oferta del United, rechazada sin regateos por el jugador, ascendió a 13 millones netos más cuatro por objetivos anuales durante cinco temporadas, según un agente de confianza del club inglés. En total, 26 millones brutos por curso, lo que le habría convertido en el futbolista mejor pagado de la plantilla tras la salida de Paul Pogba, que cobraba 17 millones netos y se fue a la Juventus a ganar menos.