El consumo medio de música en el mundo se ha disparado este año hasta 20.1 horas semanales, más de un 9 % por encima de las 18.4 horas que se registraban en 2021, según un informe publicado hoy por la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI, en inglés).
La organización con sede en Londres, que agrupa a las principales discográficas mundiales, divulgó los resultados de una encuesta en la que han participado 44 mil personas en más de 20 países.
Entre ellas, el 46 % aseguran que están suscritas a servicios de pago para escuchar música en “streaming” que ofrecen acceso bajo demanda a millones de temas.
La industria constata además que las aplicaciones de “vídeos cortos” juegan también un papel central en el consumo de entretenimiento: el 63 % de los encuestados aseguran utilizar ese tipo de aplicaciones, en las que “la música juega un papel central”, afirmó la IFPI en un comunicado.
Más de tres cuartas partes de los participantes en el estudio consumen contenidos musicales en más de un formato y la mayoría de ellos cita más de seis vías por las que escuchan música, desde los servicios de “streaming” de audio y vídeo, hasta la radio tradicional, la televisión, el cine y los videojuegos.
La música, constata la industria, es un componente “integral para el bienestar físico y mental” de las personas. El 69 % de los encuestados asegura que es importante para su salud mental y el mismo porcentaje destaca su utilidad para acompañarles mientras hacen ejercicio.
La variedad de la oferta permite que los participantes en el estudio hayan citado más de 500 géneros musicales predilectos, más allá de los más populares, como el hip-hop, el rock y el pop.
El “música sertaneja, la samba, el disco-polo y el dangdut contribuyen a la rica mezcla de músicas locales y globales disponibles”, subraya la IFPI.
El informe refleja “un fascinante escenario sobre cómo los aficionados en todo el globo escuchan e interactúan con la música hoy en día”, señaló la consejera delegada de la Federación, Frances Moore.
Al mismo tiempo, la directiva subrayó que “continúa el trabajo para asegurar que aquellos que tratan de aprovecharse de la música sin licencia y sin autorización no pueden amenazar la viveza del ecosistema musical”.