En medio del recrudecimiento de los ataques israelíes en la ciudad de Rafah, ubicada en la frontera entre la Franja de Gaza y Egipto, más de 450,000 palestinos se han visto obligados a huir en busca de seguridad, según informes de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).
Las recientes operaciones militares israelíes han incluido la toma del lado palestino del paso fronterizo y un incremento de las operaciones en el lado oriental de Rafah. Estos ataques, descritos por el ministro de Defensa israelí como una “operación precisa” contra el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), han resultado en desplazamientos masivos de civiles y un aumento de la crisis humanitaria en la región.
En las últimas horas, se han registrado nuevos ataques israelíes en puntos clave de Rafah, como el barrio de Al Geneina, indicando un refuerzo de las operaciones militares y la búsqueda de avances en la zona oriental, donde se han reportado combates entre el brazo armado de Hamás y las fuerzas israelíes.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la escalada de violencia en Gaza y ha instado a un alto el fuego inmediato para detener el sufrimiento de la población civil. Estados Unidos ha advertido sobre la suspensión parcial de la entrega de armas si Israel lleva a cabo una ofensiva a gran escala contra la ciudad, subrayando la necesidad de buscar soluciones diplomáticas y evitar una mayor catástrofe humanitaria en la región.
La situación en Rafah es solo un reflejo de la crisis humanitaria más amplia en Gaza, donde la población enfrenta condiciones extremadamente difíciles debido a los enfrentamientos prolongados. El llamado a un alto el fuego y la búsqueda de soluciones diplomáticas se vuelven imperativos para evitar un mayor deterioro de la situación y proteger a los civiles atrapados en medio de este conflicto.