En un paso histórico, la Cámara de Representantes de Colombia aprobó un proyecto de ley que prohíbe las corridas de toros en todo el país, marcando lo que muchos consideran un “avance ético” en la protección de los derechos de los animales. La ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, elogió esta decisión como una victoria significativa para el movimiento animalista, que ha luchado durante más de una década por esta causa.
“Quiero enviar una gran felicitación a los animalistas y la lucha que ha tenido ese movimiento social para lograr lo que se logró ayer, que es la prohibición de la tauromaquia,” declaró Muhamad, reconociendo el esfuerzo sostenido y el compromiso de los activistas que impulsaron esta legislación.
El proyecto de ley, aprobado la noche del martes por una amplia mayoría, incluye un periodo de transición de tres años. Este plazo permitirá que las personas que dependen económicamente de la tauromaquia puedan adaptarse y encontrar nuevas fuentes de ingresos antes de que la prohibición entre en vigor en 2027. La ley ahora se encuentra en fase de conciliación debido a diferencias entre los textos aprobados en el Senado y la Cámara de Representantes, y posteriormente será enviada para la sanción presidencial.
Muhamad subrayó la necesidad de abandonar prácticas culturales que implican el maltrato de seres sintientes, considerándolas inaceptables en la sociedad contemporánea. “Es hora de que vayamos cambiando prácticas culturales que ponen el maltrato de otros seres sintientes como centro del entretenimiento,” afirmó. “Esto es hoy inaceptable, y por eso esto (la prohibición de las corridas) es un avance ético, es un avance de la paz con la naturaleza.”
A pesar de su arraigo cultural, las corridas de toros han visto una disminución en su popularidad en Colombia en los últimos años. Actualmente, solo se realizan en plazas específicas como La Santamaría en Bogotá, la Cañaveralejo en Cali, y la Plaza de Toros de Manizales, esta última siendo la ciudad con la afición más grande y tradicional del país, además de algunas plazas en provincias.
La aprobación de esta ley representa un cambio significativo en la legislación colombiana y en la percepción pública hacia la tauromaquia. Con esta medida, Colombia se une a una creciente lista de países y regiones que han decidido poner fin a esta práctica, reflejando un cambio hacia el respeto y la protección de los animales.
El histórico debate y la celebración en la Cámara de Representantes demuestran un claro compromiso hacia el bienestar animal, alineando a Colombia con los principios de sostenibilidad y respeto a la naturaleza. Con la implementación de esta ley, el país avanza hacia una sociedad más ética y consciente de los derechos de todos los seres vivos.