Autoridades estatales de Nuevo León han clausurado la refinería de Cadereyta tras negarse esta a colaborar con la Secretaría de Medio Ambiente y continuar emitiendo contaminantes a la atmósfera.
La refinería, propiedad de Pemex y con capacidad para procesar hasta 275 mil barriles por día, ha sido objeto de denuncias por parte de la población debido a su impacto en la calidad del aire.
A pesar de que la refinería opera por debajo de su capacidad, con un procesamiento promedio del 43%, las emisiones de contaminantes siguen siendo significativas. En respuesta a la negativa de la empresa de abordar el problema, el gobierno estatal ha tomado la decisión de clausurar la instalación.
La medida llega después de intensas protestas por parte de los habitantes de Monterrey, quienes culpan a la refinería por la grave contaminación que afecta a la ciudad. Miles de personas se congregaron el pasado 28 de enero para exigir el cierre de la planta, considerada responsable del 90% de las emisiones de dióxido de azufre en la zona.
Con pancartas y máscaras antigases, los manifestantes se reunieron en la Macroplaza de Monterrey, instando a las autoridades a tomar medidas drásticas contra la contaminación.