La caída del sector industrial teutón implica que, al ser el “motor de Europa”, el resto del viejo continente se empobrecerá. Las causas pueden hallarse con harta probabilidad en la coyuntura en Ucrania y su alejamiento comercial de Rusia
Acento News
Mientras China exporta cada vez más vehículos al mundo, la producción alemana va en declive, lo que constituye un síntoma de la desindustrialización que sufre actualmente el considerado “motor de Europa”.
Esto lo comentó el analista económico independiente José Luis Cava en su canal de YouTube, donde brindó datos que muestran que el Reino Medio –que es como los chinos llaman a su propio país– exporta una cantidad de 70 billones de dólares en vehículos al resto del mundo, mientras que en 2009 vendía sólo nueve billones de billetes verdes por dicho concepto.
De tales exportaciones de vehículos, más de 32 billones tienen como origen Europa, en tanto que los Estados Unidos venden al viejo continente sólo 15 billones, es decir, la mitad de lo que China obtiene.
Si a ello se añade que en abril los especialistas esperaban un crecimiento económico teutón de un 2.4 por ciento, mientras que no ascendió sino que cayó “inesperadamente” 0.4 puntos porcentuales, “los datos del sector industrial alemán revelan que Alemania se está desindustrializando”, explicó José Luis Cava.
Agregó que los analistas podrían argumentar que existe una contracción en la demanda global de bienes; sin embargo, refirió que la industria china exhibe “una fuerte pendiente positiva”.
Y añadió: “China está dominando la categoría de fabricación de vehículos a nivel mundial; ya lideraban en fabricación de buques. Estamos viendo cómo están exportando vehículos eléctricos como si no hubiera un mañana.
“Este hecho perjudica fundamentalmente a alemanes y japoneses, que tienen un fuerte problema; y, si nos encontramos que Alemania, el motor de Europa flaquea, Europa va a flaquear y a perder su poderío económico si no se toman medidas”, finalizó el economista.
Es de destacar que el estancamiento de la industria alemana puede deberse a la coyuntura ucraniana, las sanciones económicas occidentales impuestas a Rusia, el alejamiento teutón del gas y el petróleo siberianos y su adhesión incondicional a Estados Unidos, cortando todo flujo productivo con el que era su más grande socio comercial.
