Catherine Connolly, representante de la izquierda irlandesa, se perfila como la décima presidenta de Irlanda tras obtener más del 60 % de los votos en las elecciones del viernes.
Su triunfo representa un revés para la coalición centroderecha formada por Fianna Fáil y Fine Gael, cuyo candidato, Heather Humphreys, reconoció ya su derrota y felicitó a Connolly, destacando que será “presidenta para todos los irlandeses”.
Connolly, de 68 años, llega a un cargo mayormente protocolario, pero con posibilidades de expresar posiciones sobre política internacional, derechos humanos y solidaridad con Palestina.
La elección también estuvo marcada por un número considerable de votos nulos, con mensajes de protesta y quejas de la ciudadanía sobre la representación política en el país.
Su mandato comenzará tras la conclusión del período de Michael D. Higgins, quien llega al límite de dos mandatos.








