Calaveras de azúcar, una tradición en el Día de Muertos

Los cráneos aparecen en tiempos precolombinos, estos se usaban en los Tzompantlis con la finalidad de honrar a sus dioses. Recuerdan a la muerte siempre presente, ese paso inevitable de lo terrenal a lo místico.

En noviembre aparecen en diferentes tamaños, decorados con coronas, espirales y grecas multicolores. Algunas tienen el nombre del difunto, otras se regalan con el nombre de las personas vivas, recordándoles su inevitable destino.

Sus raíces son muy antiguas, se dice que los árabes llevaron el nombre y la técnica de los alfeñiques a España y de allí pasó a México y se extendió rápidamente.

Las calaveritas de azúcar se utilizan en ofrendas para el altar que se prepara con la foto de los familiares fallecidos, velas, flores y diferentes platillos se incluyen en estos altares. Según la creencia popular, el alma de los difuntos se alimenta con la esencia de estos regalos que los deudos comen una vez terminada la fiesta.