En un caso que ha conmocionado a Reino Unido, un tribunal británico ha condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad a la enfermera declarada culpable de los asesinatos de siete recién nacidos y otros intentos de asesinato.
De acuerdo con la ley inglesa, Lucy Letby, de 33 años, recibió una sentencia que es extremadamente poco común. Ella se había negado a asistir a la audiencia que se celebró en un tribunal de Manchester (norte de Inglaterra).
Después de enumerar todos los cargos contra la enfermera, el juez del Tribunal de la Corona de Manchester, James Goss, anunció la sentencia y dijo que “hubo premeditación, cálculo y astucia” en sus acciones.
Cuando trabajaba en el hospital Countess en Chester, al noroeste de Inglaterra, Letby supuestamente mató a los bebés inyectándoles aire con una jeringa intravenosa, según las pruebas presentadas por la fiscalía durante el juicio.