En una primera etapa debería censarse el comercio formal e informal del Centro Histórico para, posteriormente, reorganizarlo en un espacio más adecuado, cuyo costo sería de 288 millones de pesos
Acento News
Trabajos para censar los comercios fijos, semifijos y ambulantes del Mercado Municipal de Pátzcuaro iniciarán este viernes 19 de mayo, en lo que será un nuevo capítulo en pos de buscar la declaratoria como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Como se recordará, desde mayo de 1993 las autoridades de Pátzcuaro se plantearon la posibilidad de que, tal como Morelia en diciembre de 1991, el municipio fuera incluido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Sin embargo, a través de las décadas diversas problemáticas, tales como la falta de carriles en el libramiento, el tratamiento de la basura o el rescate de espacios emblemáticos de la ciudad, suponían obstáculos para presentar un proyecto sólido ante el organismo de Naciones Unidas (ONU).
Uno de los últimos requisitos para emprender dicho proyecto es el reacomodo del comercio formal e informal, un camino que la capital michoacana también emprendió antes de 1991, al reubicar a cientos de comerciantes que se situaban en el primer cuadro de la urbe.
Censo de oferentes
De acuerdo a un boletín del gobierno estatal, el censo que inicia el próximo viernes estará coordinado por el Instituto Tecnológico Superior de Pátzcuaro (ITSP), en el cual participarán la dirección de Mercados de Pátzcuaro, las secretarías de Gobierno, y de Desarrollo Urbano y Movilidad (Sedum) de Michocán, y una comisión por parte de los oferentes, lo que no implica la interrupción de las actividades comerciales cotidianas.
“Este levantamiento de información se llevará a cabo en el interior del mercado municipal, y en zonas aledañas como la explanada del mercado y las calles: Libertad (primera y segunda), San José, Juan José Codallos, Volador Tanganxoan; así como los portales Benito Juárez, Regules y Lerdo”, dice el comunicado, en el que también se expresa que tales acciones tienen como objetivo construir un nuevo mercado municipal, cuya inversión sería de 288 millones de pesos.
Cabe apuntar que en un comunicado del 10 de marzo, el alcalde patzcuarense Julio Arreola Vázquez, refirió que una vez iniciada la construcción, los comerciantes serían reubicados temporalmente por un año y medio, además de que se les daría agua potable, drenaje, luz, toldos y sanitarios para que continuaran su labor.
Antecedentes
No es la primera vez que en Pátzcuaro se trata de realizar un proyecto semejante para acomodar a los comerciantes y buscar la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Cuando un incendio se presentó el 25 de marzo de 1995 en la explanada del Mercado Municipal, ya hacía años que se hablaba de construir un nuevo espacio para el comercio.
“Esa tragedia pareció ser el aviso de que era la oportunidad y el momento de tomar la decisión de construir el gran mercado que la comunidad social estaba esperando. Pero la autoridad municipal de ese tiempo dejó pasar la oportunidad de oro que ofreció el incendio”, escribió el activista ambiental Daniel Márquez Melgoza.
El también escritor asentado en Pátzcuaro, explicó que antes del actual mercado las instalaciones “no eran fijas”, pues los fines de semana los oferentes habrían cancha para las competencias municipales de voleibol, aunque tras el incendio se asentaron con puestos fijos, “cometiendo abusos, al grado de actuar como si ya fueran dueños absolutos de un espacio prestado, nunca cedido explícitamente, por tratarse de un espacio público que no se puede enajenar a particulares”, indicó Márquez Melgoza.
Con la demolición del Molino de Harinas La Providencia, en abril de 2004, ubicado entre las calles Obregón e Industria en el Centro Histórico, se quiso instalar un Mercado de Antojitos al que los oferentes de alimentos se desplazaran, a fin de despejar el primer cuadro de la urbe. Los comerciantes, al considerar que sus ventas bajarían, se negaron.
Por tres trienios, el nuevo inmueble construido en donde una vez estuviera el histórico edificio del antiguo Molino permaneció como un espacio sin uso, hasta que finalmente se hicieron oficinas en el lugar y fue ocupado.
Aunque buena parte de la ciudadanía considera que los comerciantes deberían ser ordenados, para que Pátzcuaro muestre su monumentalidad no sólo ante los ojos de los turistas, sino para quienes habitan la urbe, el problema de la reubicación es complejo.
Se tiene noticia de que hay comerciantes que poseen más de un espacio de venta, al haberlos comprados a distintos oferentes, para acabar por concesionarlos a otros vendedores a cambio de una renta, por lo que el panorama para quienes se hallan en tal situación será seguramente de reticencia.
Daniel Márquez señaló el respecto en un artículo: “es posible que en un somero estudio de los censos salga a relucir información sobre ‘arreglos’ entre particulares, mediante los cuales algunos comerciantes se fueron haciendo de espacios más amplios, impensables al interior de un mercado público”.
Por otro lado, la administración municipal de Julio Arreola concluye en 2024, en tanto que los trabajos de construcción del nuevo mercado municipal tardarían al menos 18 meses, lo que significa que de no arrancar en breve se irían con alta probabilidad hasta 2025, por con lo cual la próxima alcaldía debería estar de acuerdo en darle continuidad a los trabajos del gobierno actual.