Bedolla en Michoacán, sin favoritismos por “corcholatas”

El gobernador de la entidad dijo antes del Consejo Nacional de Morena que los aspirantes serían recibidos en Michoacán las veces que fuera necesario, pero dentro de las reglas establecidas por el partido

Acento News

 

Tal como hiciera el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, ha adoptado una postura mesurada y de apoyo a todas las “corcholatas” de Morena que están en la carrera presidencial.

Como indicó AMLO durante la cena en un restaurante de la Ciudad de México, a donde la plana mayor del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) acudió a celebrar el triunfo de Delfina Gómez en los comicios por la gubernatura del Estado de México, el pasado 4 de junio, se habían acabado los anuncios a favor de unos y otros y ahora sólo las encuestas y los acuerdos alcanzados serían los que definirán al candidato de la Coalición Juntos Haremos Historia.

Dicha posición fue refrendada este domingo 11 de junio durante el Consejo Nacional de Morena, en el que se establecieron las reglas y los tiempos que tendrían para hacer recorridos por el país el excanciller Marcelo Ebrard Casaubón, el aún secretario de Gobernación (Segob) Adán Augusto Lópz Hernández, el senador Ricardo Monreal, la jefa de Gobierno capitalino Claudia Sheinbaum Pardo, el diputado del Partido del Trabajo (PT) Gerardo Fernández Noroña y el senador del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) Manuel Velasco Coello.

En todo momento, el gobernador de Michoacán ha mantenido una postura ecuánime, en la que ha apoyado a todas las “corcholatas” de Morena cuando han acudido a la entidad, sin mostrarse esquivo con ninguno de los cuatro, lo que reiteró este domingo antes del inicio del cónclave.

Ahí, Ramírez Bedolla manifestó que la convocatoria para los aspirantes se aprobaría en el ánimo de unidad y con “piso parejo” para las seis “corcholatas” que contienden por la candidatura para la Presidencia de México en 2024, motivo por el que afirmó que en Michoacán todos eran bienvenidos y lo seguirían siendo, siempre que se respeten los acuerdos alcanzados en el cónclave.