En los últimos años, Morelia ha perdido más de 5 mil hectáreas de bosques debido a la omisión del alcalde Alfonso Martínez Alcázar para denunciar la tala clandestina, el cambio ilegal de uso de suelo y los incendios provocados.
Durante los casi 6 años de gestión de Martínez Alcázar como presidente municipal, no se ha presentado ni una sola denuncia por daños ambientales ante la Fiscalía General de Michoacán (FGE).
El crecimiento descontrolado de fraccionamientos, aprobados por el cabildo encabezado por Martínez Alcázar, ha consumido hasta un 70 % de la superficie forestal del sur de Morelia.
Desde el 2015, Morelia ha liderado el ranking estatal en cantidad de incendios forestales, con un promedio anual de daños que superan las 700 hectáreas.
A pesar de la presión por reforestar, el alcalde se ha deslindado de fenómenos de invasión, como en las faldas del cerro del Quinceo, donde ha afirmado no tener competencia ni interés alguno.
Casi el 40 % de las faldas del Quinceo fueron invadidas por fraccionamientos aprobados durante las administraciones de Martínez Alcázar, facilitando la destrucción ambiental.
Uno de los puntos más afectados por esta situación es la cuenca del Río Chiquito, donde se perdieron hasta 2 mil hectáreas de la zona forestal que alimenta al río más antiguo de la capital.
El desastre ambiental en Morelia refleja la negligencia y omisión del alcalde, quien no ha tomado acciones efectivas para proteger los recursos naturales de la ciudad.