En medio de la campaña de reelección de Alfonso Martínez como presidente municipal de Morelia, surge la preocupación ciudadana por la creciente presencia del comercio informal en espacios públicos.
Aunque la falta de empleo es evidente, la tolerancia del municipio parece favorecer a los informales a expensas del derecho de estacionamiento y paso peatonal de los ciudadanos.
Martínez, en su intento por obtener votos y financiamiento, ha sido acusado de permitir la ocupación ilegal de antaño estacionamientos y banquetas peatonales a cambio de cuotas que oscilan entre 300 y mil 500 pesos semanales, según la ubicación. Este fenómeno ha generado malestar entre los residentes, quienes denuncian la invasión de sus derechos fundamentales y la transformación de las calles en áreas caóticas.
La informalidad comercial no solo afecta la movilidad urbana, sino que también se manifiesta en la prepotencia de algunos comerciantes que apartan lugares a su antojo y reaccionan de manera agresiva ante cualquier intento de recuperar el espacio público.
La Avenida Lázaro Cárdenas, la calle Zamora, Av. Pedregal, J. J Múgica, y más de 100 colonias adicionales se ven afectadas por esta problemática.
En este contexto, los ciudadanos se preguntan si la informalidad está siendo utilizada como estrategia política por parte de Martínez, o si es simplemente una consecuencia no deseada de la tolerancia municipal.