En un trágico incidente, Harris Wolobah, un adolescente de 14 años, perdió la vida después de participar en un desafío viral que consistía en comer los totopos más picantes del mercado. El fallecimiento fue confirmado por la autopsia que reveló una parada cardiopulmonar inducida por la alta concentración de capsaicina en los totopos consumidos.
La capsaicina, presente en chiles extremadamente picantes como el Carolina Reaper, es una molécula irritante y neurotóxica para los humanos. Los totopos consumidos por Wolobah, comercializados como “un chip de tortilla negro mortal”, están etiquetados con advertencias que incluyen un féretro y una calavera roja en llamas.
Además del efecto de la capsaicina, el informe de la autopsia señaló que Wolobah padecía de patologías cardiovasculares, incluida la cardiomegalia, un agrandamiento del corazón, que pudo haber contribuido a su trágica muerte.
Este no es un caso aislado. La prensa local ha reportado múltiples incidentes similares en Estados Unidos. En California, tres estudiantes fueron hospitalizados tras consumir estos chips, y en Minnesota, siete estudiantes se enfermaron participando en un desafío similar.
La botana ultrapicante se vende ampliamente en plataformas digitales sin regulación en México, y se puede adquirir tanto de manera individual como en paquete.