Adidas, el gigante alemán de ropa deportiva, enfrenta su primera pérdida anual en más de tres décadas luego de cortar lazos con Kanye West en octubre de 2022 y suspender la venta de la línea de tennis Yeezy.
Con una pérdida de 75 millones de euros en 2023 y una disminución del 5% en sus ingresos, la marca se ve afectada por la interrupción de este negocio lucrativo. La reducción de volúmenes de compra y la gestión táctica de inventarios son estrategias clave mientras la empresa busca recuperarse.
A pesar de los desafíos, el CEO Bjørn Gulden está enfocado en revitalizar la compañía, reanudando las ventas de los tennis Yeezy para liquidar el inventario remanente y fortaleciendo productos populares como los zapatos Samba y Gazelle. Sin embargo, se espera que América del Norte siga siendo una región débil, con proyecciones de una caída del 5% en las ventas este año debido a la menor demanda y los altos niveles de inventario en el mercado estadounidense.
Para el futuro, Adidas tiene como objetivo volver al crecimiento mediante la expansión de sus franquicias y la mejora de su gama de productos. Se espera que las ventas crezcan a un ritmo medio de un dígito si logran liquidar el inventario restante de Yeezy a precio de costo. Además, la compañía espera alcanzar un beneficio de explotación de aproximadamente 500 millones de euros, a pesar de los desafíos macroeconómicos y geopolíticos en curso.